Mourinho es uno de los entrenadores más exitosos del mundo. Él ha conseguido títulos importantes con el Porto, el Chelsea, el Inter de Milán y, más recientemente, con el Real Madrid. Si bien él estuvo vinculado al fútbol desde pequeño, ya que su padre fue portero de varios clubes portugueses de primera división, nunca lo estuvo como jugador.

Sacchi fue un defensa que nunca logró ascender a la primera división. Por ello, se esforzó aún más en su trabajo como entrenador. Su exitosa trayectoria alcanzó la cúspide con el poderoso Milán de fines de los 80 y principios de los 90.

Rafa Benítez intento ascender al primer equipo del Real Madrid, pero nunca lo consiguió. Por ello, se decidió a probar suerte como entrenador. Su trofeo más importante, la UEFA Champions League, la consiguió dirigiendo al Liverpool.

Manzano era un profesor y psicólogo que en sus ratos libres entrenaba a un equipo local de Jaén. A partir de ahí, su trayectoria como entrenador fue en ascenso, alcanzando a dirigir a equipos como el Málaga, el Sevilla o el Atlético Madrid.

Bob Bradley es el actual entrenador de la selección de fútbol de Estados Unidos. Sin embargo, la única liga que él pudo disputar como jugador fue la liga colegial.

Sergio Markarián disfrutó mucho del fútbol desde pequeño, pero nunca tuvo la oportunidad de probar suerte en algún equipo de primera división. Desde que inició su carrera como entrenador, ha conquistado importantes reconocimientos. Incluso, pudo trascender las fronteras del continente americano y llego a ser entrenador del Panathinaikos.

Grant siempre quiso ser jugador profesional, pero nunca pudo alcanzar ese sueño. Por eso se hizo entrenador de fútbol. Entre los equipos que ha dirigido se encuentran el Chelsea, el Portsmouth y el West Ham.

Serra Ferrer no tuvo ningún tipo de formación futbolística tradicional. Sin embargo, él alcanzó a dirigir al Barcelona, tras la salida de Louis Van Gaal.

José Luis Sánchez Solá, también conocido como “el Chelís”, es el actual entrenador de los Estudiantes Tecos de México. Antes de ello, él había intentado con mucho empeño volverse un jugador profesional, pero nunca pudo conseguirlo.

Antes de ser entrenador, Córdoba no fue jugador, sino preparador físico de Miguel Ángel Russo. Luego de esa experiencia, él decidió involucrarse más con el fútbol y alcanzó a entrenar a Estudiantes, Colón y Lanús.